El deseo Inconsciente de una Madre
¡Él lo violó! ¡Él lo violó!
Todo resultó ser una “negligencia médica”, ayer que leía la nota, como decía un personaje de Chespirito: “Lo sospeché desde un principio”. Indignado me comenta el intendente de la Universidad, “Cómo ve Licenciado, a ese Güey hay que ahorcarlo” . Espérate – le comento- para mí que no es la cosa así.
Hoy al leer el periódico me encuentro la nota en donde dice que todo se trató de un error.
Mis argumentos para dudar fueron que de buenas a primeras se acusa al sujeto, al abuelo del niño, después es llevado al Hospital el niño de tres años y todos hacen caso la versión de la madre, el niño presentaba una “lesión superficial” , ¿Hasta dónde repercute el deseo inconsciente de la madre? ¿Porqué pensar inmediatamente que se trató de una violación? ¿En dónde está el apoyo del Estado para contratar psicólogos que ayuden a esclarecer la verdad?
Se ha insistido hasta el cansancio que no debemos creer todo lo que dicen los periódicos, pero también es un llamado de alerta a las Autoridades, es una acusación muy grave la que realiza la madre, en otras partes al abuelo lo hubieran linchado.
El punto a analizar es el deseo inconsciente de la madre, ¿porqué pensar que su hijo lo violaron? ¿Qué fantasías inconscientes arrastrará la madre? El Tánatos en su máximo esplendor, mejor que acuda a un psicoanálisis y desentrañe sus fantasías, descubra porqué hace lo que hace.
La primera persona que ocupa el lugar del Otro es la madre, y al principio el niño está a merced del deseo de ella. Sólo cuando el padre articula el deseo con la ley, mediante la castración de la madre, queda el sujeto liberado de su sujeción a los caprichos del deseo de ella. (Diana Arano)
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